He soplado el polvo de la cerradura.
He vuelto a abrir el baúl.
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Desde el primer momento que llegué al hospital te dije que no iba a hablarte por el pensamiento, porque así sólo se habla a los muertos. No lo hice, no lo he hecho, ni lo pienso hacer. Siempre estarás viva dentro de cada unx de nosotrxs. Por eso tampoco te voy a escribir una carta en papel que nunca podré hacerte tocar, ni oler. Por eso te la escribo aquí, un lugar privado y público donde todxs podemos leerlo y por consiguiente, tú también.
¿Sabes? Tu facebook está repleto de gente haciéndote homenajes y preguntando qué te ha pasado. No se por qué la gente necesita saberlo.. Lo único importante es que ya no estás y que ahora el mundo es un poco menos bueno.
Tus amigas del colegio se reúnen una vez por semana porque se han dado cuenta de que no son tan infinitas como pensaban. No se cuánto tiempo aguantarán y si se aguantarán.
Seguimos yendo al mismo bar, pidiéndonos las mismas jarras de medio litro y sentándonos estratégicamente para que los fumadores no molesten ni se molesten. Papá sigue pidiendo una canidad inhumana de raciones, junto a nuestros respectivos montados de boquerones. Y sí, sigue siendo Juan quien nos los sirve.
La peque dice que no te quiere perder en el mar. Y que odia que la gente se muera porque no la vuelve a ver. Puede ser lo que sea, pero con cuatro años es toda una máquina de elucubrar.
La abuela esta emperrada en que en el cielo hay campo y que estás con Dios. Tranquila, no le voy a decir que si existe, en todo caso estarás en el infierno con los homosexuales y las mujeres luchadoras que condenaron de brujas, confeccionando un montón de vestidos de cuero con hebillas y tiñiendo el pelo de colorines a todo el mundo.
Nos invitaron a tu trabajo. Aún salías en los horarios pero tenías planificados un montón de emoticonos con besitos y guiños. Eres la única con los horarios a color, dicen que no son capaces de quitarte.
Has hecho que la gente espabile y luche por su vida. Has hecho que no nos sintamos mezquinamente eternos y que queramos morir siendo felices, como tú. Nos has rehecho y deshecho para que seamos mejores. Pero lo siento, aún así ahora el mundo es un poco menos bueno.
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De nuevo cierro el baúl.
Dejaré que se cubra de polvo junto a todos estos recuerdos, porque ahora toca salir a crear nuevos y a comernos el mundo.