Siempre tengo miles de cosas que me gustaría publicar y no lo hago porque aunque parezcan 100% personales, no esconden ni un atisbo de realidad, y no quiero que la gente piense cosas que no son. Así que termino publicando las cosas meses y meses después de escribirlas para que, reales o no, no generen confusión. Pero bueno, eso, que al final va a ser esto más largo que el texto. Ahí va:
A la felicidad le llaman capricho,
y pretenderán que aún así luchemos por nuestros sueños. Supongo que simplemente
dramatizo cuando me rompo, que debo seguir el camino impuesto aunque no me
lleve a nada. Tendré que quemarme las alas y las ganas, si al final sólo me
quedan las normas. Un día olvidaré todo esto, como parece que el mundo hace
cuando cumple varias décadas, y seré yo quien imponga que la felicidad tenga un
precio que no se pueda pagar.
Me volveré ciega, sorda e inmune
ante cualquier muestra de sensibilidad.
Al fin y al cabo, parece que la
vida se basa en la incomprensión, y quién seré yo para recordar que un día me
quedé sola y me aplastaron las alternativas.
Dramatizo quizá de más, y la
realidad cada vez la pienso menos.
No veo porque no quiero ver, y si
me deshojo el alma es intencionadamente.
2 palabras:
A mí también me pasa que a veces cuando escribo algo que se aleja de lo que estoy sintiendo me da un poco de palo publicarlo, por aquello del "qué van a pensar" pero de un tiempo a esta parte me viene dando igual, las letras son letras y que cada cual
En cuanto a la segunda parte qué decirte, creo que entre dramatizar y la reflexión hay un paso grande y tú siempre tiendes a lo segundo, aunque pueda parecer lo primero. El que no acepta que cae nunca se podrá levantar cuando hace falta.
Las normas son una mierda. Funcionan para el que las hizo y para cuatro más que creen en la gran mentira. Al final creo que hay más gente que se siente atada que libre...lo cual asusta si nos paramos a pensarlo. Pero asusta más que nosotros mismos nos pongamos otras normas inasumibles y que siempre nos condenan al autofracaso. Será cuestión de darse tiempo y espacio.
Salud.
Es difícil que las reflexiones no se tergiversen con la realidad, pero aún así merece la pena lanzarlas porque nunca sabes quien va a estar ahí para recogerlas....
Cuídate.
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