Me gusta encontrar cosas antiguas que, extrañamente, son positivas. Ahí va.
Quisiera que el mundo pudiera
entenderme si ante sus ojos coloco un papel en blanco. A estas alturas no
existe otra manera de expresarme mejor, porque me miro al espejo y vuelvo a ver
frente a mi mirada a una chica sonriendo, y os juro que sus ojos vuelven a
brillar con una felicidad que tanto ella como yo creíamos olvidada. Y lo mejor
de todo es que ni siquiera tiene miedo, no logro encontrar ni una sola sombra
escondida entre los pliegues de su alma, porque la oscuridad empieza a asomar a
las ventanas sin que nadie tenga que pedirle a gritos que se vaya… pero no hace
falta. Siempre vamos a convivir con las dos caras de la moneda, y el que no se
acostumbre a la soledad y a los rincones llenos de polvo nunca va a saber lo
que es quedarse ciego mirando el sol.
La literatura se ha quedado muda
ante el poder de un simple gesto y algo cabizbaja al saber que ninguna obra
maestra será capaz de superarlo. La música ha perdido la voz ante tal explosión
de melodías en tan solo una palabra, porque ahora sabe que un susurro al oído
le dará doscientas mil vueltas a cualquier intento en vano de ponerle ritmo a
la vida. La pintura se ha vuelto daltónica después de haber visto que unos ojos
castaños pueden deslumbrar al mar.
El arte se ha quedado sin sentidos
después de verse reflejado en un espejo, porque jamás habrá mejor poeta,
músico, escritor o pintor capaz de transmitir más que unos ojos llenos de vida.
1 palabras:
No hay nada que encierre tanta poesía como unos ojos cargados de vida :-)
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