La mayoría de las veces publico cosas antiguas porque el momento de hacerlo no es cuando están frescas. Y, además, tengo un poco abandonado el blog porque no escribo. Así que ahí va algo.
Sería tan fácil escribirle a lo
imposible que empiezo a pensar que soy una equivocación constante. Dibujar con
palabras una imagen grabada a fuego en tu retina con témperas de inseguridad no
es más que la evidencia de la perversidad del ser humano. No es sencillo
susurrarle al diablo cuando debería ser él quien manipulara tu conciencia y en
este caso darle la vuelta es una situación que abrasa la frontera del peligro.
Qué pecado tan delicioso habría sido besar sus labios y rozar su piel. Qué
pecado tan delicioso que me habría arrasado el alma.
1 palabras:
A veces, en lugar de tener un demonio en el hombro incitándanos a hacer locuras somos nosotros los que vamos detrás del demonio, que pasa totalmente de nosotros. Creo que es frustante no tener un lado maligno.
Salud!
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