Un Do, Re, Mi me llegó desde tus ojos. Las notas musicales
rompieron mi corazón con sólo un cruce de miradas. Con tus aires de saberte
dueña de mi ser te presentaste como Kate.
Kate. Kate. Kate.
Tu nombre aún resuena en mis oídos, incluso cuando el
ruido de mi música es más fuerte que el océano. Fuiste una estrella fugaz, un
breve suspiro en el curso de mis noches. Tan repentinamente como apareciste, te
marchaste. Con un rotulador negro grabaste tu número en mi brazo, pero estando
contigo olvidé que la tinta se emborrona fácilmente. Tan fácilmente como tú
emborronaste mi corazón. Tu nombre sigue aquí, Kate. Sístole y diástole
acompasadas con las cuatro letras de mi felicidad. La K de nuestros besos, la A de tus abrazos, la T de todo lo que
me hiciste ser. La E de esta eterna espera, que nunca acaba.
Kate, ¿por qué te marchaste? No dejaste ni una nota, ni
una sola dirección. En sueños creí escuchar tus tacones resonando por el
pasillo, pero no pensé que mi ángel pudiera marcharse olvidándome en el
infierno. En el infierno en el que sigo buscándote, buscando un solo pedazo de
ti. Tu perfume olvidado en algún rincón, los restos del carmín rojo pasión que
adornaba tus labios, el eco de tu voz diciendo mi nombre.
Yo aún susurro el tuyo cuando nadie está escuchando, y te
canto esta canción.
Por si vuelves, Kate.
Acabo de releer este relato que escribí hace muuuuuuuuuuuuuuuchísimo pero me gusta, así que ahí está. Si no recuerdo mal, está inspirado en esta canción.
1 palabras:
Jijiji estaba segura de que esa canción tenía algo que ver con este relato :P
Ay, Kate, Kate... maldita Kate. Tan inolvidable, bella y dañina a la vez.
Hace mucho escribías igual de bien ;)
Un abrazo guapa
Publicar un comentario
Tus palabras también son importantes.