Con T de Maestro.

22.9.12


Dicen que el tiempo es el mejor maestro, y es él mismo quien te ha enseñado que esa afirmación es cierta. Es extraño pensar que hay cosas que hace escasos meses carecían de lógica para ti, cosas que fragmentaron tu mundo, que te entraban por un oído y salían por el otro sin encontrar ningún tipo de conexión y que ahora, de pronto, se presentan ante ti con un punto de vista completamente diferente.
Sin embargo, comprender no siempre significa aceptar; no lo es en este caso en el que encontrarle el sentido a algo no es suficiente para ti, más aún al tener la certeza de que nada puede hacerse para cambiarlo. Es una complicada resignación a lo imposible, y tal vez no te sientes tan mal como deberías, como el “tú” de hace unos meses, pero algo es, una pequeña gran espina en el centro de la frustración, un quedarse de brazos cruzados mientras algo dentro de ti te pide que grites.
O quizá sí te sientes tan mal como entonces, peor incluso, pero no de la misma manera, porque hay una voz susurrando que nada se puede hacer, que te recuerda la caducidad del maestro Tiempo, que avanza al ritmo de unas variables que comienzan a ser demasiado pesadas para superar. Y realmente el problema no es el presente, cuando las cosas merecen la pena se encuentra valor y ganas incluso debajo de las piedras, sino el saber que querrás y necesitarás más mientras que tendrás que conformarte con menos o un “lo mismo” que por culpa de los meses reducirá su valor.
Lo comprendes ahora cuando antes no cuadraba en tu hipersensible pensamiento.
Lo comprendes ahora y sabes por qué cauce continuarán las cosas.
Pero no importa. Porque mientras haya un mínimo, sin ser suficiente, igualmente lo será.

2 palabras:

Shadow dijo...

Que el tiempo nos cambia es algo obvio. Igual que las olas que erosionan los acantalidados, el paso de los días y los meses nos va purgando, arrancándonos pedazos de nuestra personalidad y dejando expuestas otras facetas y sentimientos. ¿Para qué engañarnos? Hasta el amor más puro y diamantino se disuelve en un montón de arena según las manecillas del reloj nos van aplastando.

Dios santo, pero qué estúpido estoy hoy xD Solo quería pasarme para felicitaros por el éxito de Mentes Corrientes (avisadme de cuándo lo estrenéis y seré el oyente y fan número uno), pero al ver el texto me ha dado el ataque :P

Un beso enorme y, de nuevo, muchas felicitaciones y suerte para la universidad ^^

Malvado Dylan dijo...

Hay una canción que dice que la sabiduría llega cuando ya no sirve para nada, creo que tiene su parte de razón. Es decir, nos evita cometer dos veces el mismo error, aunque por otra parte los seres humanos somos zafios y nos obcecamos en los mismos errores una y otra vez, así que de sabia tenemos poco; como mucho podemos ser sabios para aconsejar a los demás, lo malo es que nos cuesta aplicarnos a nosotros mismos esos consejos. De todos modos es cierto que, sobre todo a cierta edad, no dejamos más que dar cambios drásticos. De todas formas enigmática esta entrada.
Saludos.

Publicar un comentario

Tus palabras también son importantes.








Afílianos

El baúl de la habitación de al lado

Palabras...

>> Muchas veces las palabras que tendríamos que haber dicho no se nos presentan en el espíritu hasta que ya es demasiado tarde.
André Gide.


>> La palabra que retienes dentro de ti es tu esclava; la que se te escapa es tu señora.
Proverbio persa.




Huellas.