Por amor al arte

23.10.13



Cuando me pongo a releer cosas antiguas, las lágrimas son cara asegurada de la moneda. Pero a veces encuentro cosas que compartir. Así que aquí tenéis.

Siempre supe que la puerta de acceso a mi corazón tiene la maldita manía de abrirse ante el arte, y las palabras pueden ser llave suficiente como para transformarse en arma y hacer astillas pomo, puerta y marco. La música tiene la fuerza necesaria para reventar todas mis ventanas y la combinación de las dos se hace con el camino directo al fondo de mi alma.
Frente a la típica advertencia acerca de enamorarse de alguien que escribe, yo sé que jamás podré caer en las redes de alguien que no lo haga.
A mi vida se entra con las letras, las cuales multiplican su efecto en forma de canción. Dame una voz que haga estremecer mi espina dorsal y tendrás mis cadenas a tus pies. Y aunque las sueltes, seré incapaz de marchar, porque a mí lo que me ata (sin hacerme sentir lejos de la libertad) es un hilo invisible de arte escapando de cada poro.

Y como el arte nunca dejará de ser uno de los tres pilares de mi vida, tropezaré mil veces con la misma piedra mientras ésta me susurre que la magia está en sus dedos.

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El baúl de la habitación de al lado

Palabras...

>> Muchas veces las palabras que tendríamos que haber dicho no se nos presentan en el espíritu hasta que ya es demasiado tarde.
André Gide.


>> La palabra que retienes dentro de ti es tu esclava; la que se te escapa es tu señora.
Proverbio persa.




Huellas.